Porque este rincón fue tu olvido, mi olvido, el olvido

jueves, 31 de marzo de 2011

Porque he vuelto

Repiten las rosas el eco de tu nombre, Safo,
en esta corona a Andrómeda ganada
en la carrera a fondo de los besos.
Yo hoy me pierdo en los versos que tu plectro
me ha enseñado cuando tus dedos afinaban
las tensas cuerdas de aquella lira
resbalando como nieve en el Parnaso
para rozar suavemente mis manos.
Y el eco de tu nombre, tantas veces pronunciado,
tiene cabida en cualquier pie, en cualquier rima,
de estos versos de estrofas doloridas.
Ay, Safo, que aunque de mi lamento
la gran historia no deje recuerdo,
sepa el eco de tu nombre, que he vuelto,
que me quedo, que en ti enciendo
y apago mi deseo como antaño;
que te llevo, Safo, en el pensamiento,
como el pensamiento de la dulce Atis
no te dejaba reposar el sueño
en charlas nocturnas con la luna.
Ya no pidas más, ya no supliques:
mira cómo tus versos han ablandado
a la dura y ausente Afrodita,
y ven a rescatar lo que tu mente tejió conmigo
en el insomnio de eternas noches,
en el inmenso tapiz de los suspiros
Sandra López