Porque este rincón fue tu olvido, mi olvido, el olvido

jueves, 26 de mayo de 2011

También envejece el amor

No sé dónde hallar cuando te miro
el excitante graznar de los gansos
de aquella Afrodita tan mía
en las tardes húmedas de tu recuerdo.
¡Cuán grande hacemos al amor en la distancia
y con qué crueldad nos devuelve su tamaño exacto
cuando vuelve  canoso y envejecido
por el tiempo que ni a Titono perdona!
También envejece el amor lozano
y el gesto se muda, la voz se agrava
porque la agria Moira no perdona;
y ni tú ni yo hicimos caso a la advertencia
del carpe diem horaciano cuando aún
era el amor un Titono joven
que en su juventud deslumbró a la Aurora.
Pero no sólo juzgo a tu amor,
juzgo también a mis ojos en  que el tiempo
ha borrado la inocencia y ya no miran,
como antaño, con sorpresa.
¡Cuán desdicha la nuestra, Eos,
cuando Titono envejece sin morir
y lo enclaustras en un palacio,
herencia del mismo tiempo que te lo ha robado!
Escapad, quienes a tiempo estéis,
y no retéis un pulso al tiempo:
en las distancia largas
él siempre con la victoria se alza
Sandra López