Porque este rincón fue tu olvido, mi olvido, el olvido

sábado, 26 de febrero de 2011

Esquirlas

Nunca me he parado a pensar
en cuántas esquirlas puedo romperme
o cuál es la proporción de cada una
de las que hasta ahora se han roto.
Confieso que a veces he sentido desplomarse
una parte de mí misma
con la pesadez enorme de una columna hercúlea
de alguna ciudad del pasado,
y he comenzado a tambalearme.
Otras, en cambio, las pierdo tan poco a poco,
casi sin sentirlo, que me asusto cuando miro
y sólo encuentro por vesícula
un enorme agujero.
Y es que debo de estar por dentro apuntalada,
y andar por mí ha de ser con casco de seguridad
y lejos de los límites de peligro.
¿Cuántas veces hemos afirmado no poder más
y en cambio nos hemos quebrado
en otros tantos mil pedazos?
Tal vez me queda la ilusa esperanza
de que el centro es tan duro,
de un material tan noble y duradero,
que resistirá embates y batallas
aún sin la protección de sus esquirlas
Sandra López

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