Porque este rincón fue tu olvido, mi olvido, el olvido

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Damnatio memoriae

Tú puedes dañar mi memoria, tienes el poder,
borrando mi nombre en las estelas,
en los cuadernos, en mis mensajes.
Puedes herirme, quizá, en tu pensamiento
mientras se desvanecen las letras de mi nombre.
Puedes engañarme con falsas tapaderas,
recubrirlas de inocencia y dormir tranquila.
Y puedes, aún más, engañarte
viéndome empequeñecer en tus recuerdos.
Como quieras, tuyo es el poder.
Pero de engaños y mentiras no se nutre la distancia
y siempre quedará mi esencia en los días venideros,
sin nombre, sin voz, como un ente invisible que te acompaña
alzándose por momentos en el centro de tu memoria.
No grites, ni te asustes:
ahí reside la esencia de mi mayor recuerdo.

Sandra López

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