Porque este rincón fue tu olvido, mi olvido, el olvido

domingo, 5 de diciembre de 2010

Exposición

A vosotros, porque, aunque a veces no es gracioso, os reiréis

¿Dónde está la salida? ¿y el escarabeo?
¿y la audioguía?
Mil preguntas nos asaltan por el dichoso Tutankhamón.
Y un niño berrea, y un caballero traspasa la cortina por arte de magia;
mil pares de pies se tropiezan en la entrada,
(Bendito Tutankhamón en tu tumba bien dorada),
y la pistola a la luz del sol no funciona.
«Por enésima vez, les digo, que no se puede comer,
beber, las fotos sin flash, y la exposición
en la piedra esa, ¿la ven?, comienza»
¿Y se puede respirar? ¿Y si la momia se levanta?
«No corráis»; «No me toquéis… la arena y…
¡Señora, por ahí no se sale!»
Qué estrés, rotamos; visita con guía; otra vez:
«Como usted quiera»; «¡Qué se le va a hacer!»;
«Por favor, relájese»; y 327 hojas de reclamación.
Madre, una hora.
Se quitan las catenarias, se abre la cortina,
se acabó la exposición…
(por hoy)

Sandra López

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