Porque este rincón fue tu olvido, mi olvido, el olvido

martes, 4 de enero de 2011

Existencialismo

Es cierto que cuando duermo no pienso
en el oro que adorna las sienes
ni en las botas del dictador,
ni vago errante el pensamiento
en ideales de comunismo o consumismo.
Cierto es que a prueba no someto,
aunque critique,
las soluciones radicales a una crisis,
ni debato entre los libros ideales.
Es cierto que el mundo empequeñece entre mis sábanas
y la tierra gira un momento en mi cabeza
y del orbe que circula me quedan cada noche veinticuatro horas.
Tal vez, es cierto, peque de inocente,
de cobarde, de apolítica,
pero en mis noches no es el gobierno quien me mece
ni mis temores me los cura un solo presidente.
Es cierto que en mis noches me adormecen
pequeños susurros de existencialismo:
la discusión tonta de una frase, el beso dulce de tus labios;
el caluroso sol de marzo, el miedo que arrancó uno de mis llantos.
Cierto es que mis ojos no se nublan con Morfeo
galopando sobre guerras físicas o verbales,
con algunos de los males que el mundo infestan
sino con dulces palabras de un día duro,
de un día corriente con sus abrazos, el devenir ontológico
de seres que transitan, historias que se alargan por un día.
Y es cierto, es cierto, y no me quejo,
que tengo suerte de escribir en la era en la que escribo.

Sandra López

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