Porque este rincón fue tu olvido, mi olvido, el olvido

miércoles, 12 de enero de 2011

Ideal antiheroico

Yo también dejé olvidado junto a un arbusto mi escudo
pero yo prescindí de comprarme otro mejor.
Apoyé mi espalda herida sobre un álamo que apenas recuerdo
y noté que para mí no eran de Ares los combates
y el gusto por la guerra y la ardorosa campiña del campo
había perdido, como hiciera Lidia con Síbaris,
y los frenos puntiagudos domando a los salvajes caballos.
Yo las caricias de Afrodita, el fuego del amor
brillante, yo los combates contra los dardos del feroz Cupido.
Yo versos ligeros como ligeras plumas,
arma  irreprochable que mejor soportan mis lívidos brazos
 Sandra López

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