La inspiración hecha carne
A Diego Román
He aquí, amigo, que la inspiración se hace carne,
una vez más, carne de mujer,
y la Musa muda feliz su semblante.
¿Por qué? ¿Dónde dirijo mis versos?
Parece que cada vez a campañas más arduas.
¿Por qué? ¿Por qué?
Mi Musa se torna antojadiza y caprichosa.
Sí, yo sierva de queja y obediencia.
Dime, ¿tu Musa se comporta así?
Yo no sé, pero donde me manda,
bajo el yugo de su ministerio,
sin una palabra me dirijo.
Sandra López
Allí donde se encuentre tu musa también vive en ti y en la existencia misma. Espero que tu musa aunque antojadiza y caprichosa siempre este en ti. Un beso
ResponderEliminarAy, esta Musa antojadiza... No sé, a ver si te hace caso aunque le dé por mudar su rostro, esconderse alguna que otra vez y hacerme alguna trastada.
ResponderEliminarUn besazo muy muy grande
Mi musa, sandra, me envía también a campañas que a veces me vienen grandes (para muestra, mi blog). Pero qué le vamos a hacer, amiga: Quae Dominus ordinat servo faciendum est. Un abrazo enorme con muchas ganas de verte. Quizá mañana al fin sea el día...
ResponderEliminar