Tus favores
A Christian Sevillano,
porque andamos dando trabajo a las Musas
Pido hoy tus favores, Alcínoe, con mansa costumbre
echando el freno a este corcel que se dispara
al galope desenfrenado que no para.
Está bien. De mansa el tono mudo
y pasional en mis manos cada verso
irrumpe -es él, yo no lo invierto-,
coreuta de una danza del espartano Alcmán
con los sones de las Pléyades de Safo
y un gusto por el amor contemporáneo.
Paso a la súplica, Alcínoe, de tus besos,
desviando la mirada de tus ojos claros
a los labios que humedeces cuando hablas.
¿Y que no te escucho, dices?
¡Y quién pudiera hacerlo!
Cuando sobre los tuyos mis labios evoco.
Lo sé, lo sé, lo sé, y me culpo por ello,
porque de la mansedumbre a ladrona me he tornado,
robando al aire tus suspiros como besos,
porque tú –no eres culpable-, no me concedes tus favores
Sandra López
No hay comentarios:
Publicar un comentario